martes, 22 de noviembre de 2016

Valcovero - Palencia

La localidad de Valcovero es un encantador núcleo de casas de piedra cubiertas por tejados irregulares que parecen irse acomodando al desnivel del suelo. El caserío se escalona en el breve espacio de un valle cerrado, dominado por dos grandes peñascos y cubierto de una vegetación favorecida por las abundantes fuentes que manan en el término. Éstas aguas aún alimentan pequeñas huertas que denotan la presencia de un par de familias, únicos habitantes estables de la localidad después de que estuviera al borde del abandono total.

Una ermita a las afueras
A la vista del pueblo, adormecido en un dulce letargo, se hace muy lejana la época en la que contaba con 30 casas y más de ciento cincuenta habitantes, repartidos entre la agricultura y la ganadería. Pero a diferencia del cercano núcleo de Valsurbio, completamente arruinado, Valcovero mantiene muchas de sus construcciones en buen estado y todavía celebra su romería en septiembre, cuando los antiguos vecinos que han emigrado se reúnen en una ermita situada a poca distancia de la localidad.
El cuidado de las casas ha puesto a salvo algunos bellos ejemplos de arquitectura tradicional, mezclados con inoportunas techumbres de uralita como la que cubre parte del atrio de la iglesia parroquial, consagrada a San Lorenzo. Este sólido templo, asentado en lo alto del caserío y rodeado de espigados chopos, cuenta con una robusta torre cuadrada que guarda el campanario.
Junto a la iglesia se encuentra el cementerio, una breve cuadrícula de muros de piedra y tejas en cuyo interior se pueden ver algunas sepulturas presididas por cruces de madera de una sencillez espartana.

(Pilar Alonso y Alberto Gil)

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