viernes, 6 de diciembre de 2019

Ferrocarril de Val de Zafán

El Ferrocarril de Val de Zafán formó parte de un proyecto que nunca fue completado. Los primeros proyectos de un ferrocarril entre el puerto de San Carlos de la Rápita con el Val de Zafán, en La Puebla de Híjar, en Teruel, son de 1863. La idea de este ferrocarril partió, al parecer, de unas circunstancias singulares. Se dice que los militares barajaban la posibilidad de una invasión procedente del otro lado de los Pirineos. En tal caso, la siguiente barrera natural la formaba el valle del río Ebro. Un ferrocarril construido en la orilla derecha de dicho río serviría para abastecer a este eventual frente bélico.
El inicio de las obras se prolongó durante años hasta que, en 1891, la Compañía del Ferrocarril del Val de Zafán comenzó las obras de explanación. El primer tramo, de 32 km, entre La Puebla de Híjar y Alcañiz, se inauguró en 1895. Los tramos ya construidos acabaron pasando a manos del organismo de Explotación de Ferrocarriles por el Estado (EFE), que además asumió la tarea de completar la construcción del resto de la línea. Tuvo que ser la Guerra Civil la triste circunstancia que propiciara la realización de este tramo, contienda en la que la línea jugó un importante papel logístico durante la Batalla del Ebro. Por otro lado, gran parte de los obreros que ejecutaron la última fase de las obras de este ferrocarril fueron prisioneros republicanos. La prolongación de la línea hasta Tortosa no se logró finalizar hasta 1942.
En 1941, con la nacionalización del ferrocarril de vía ancha, la línea pasó a integrarse en la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE).
Este ferrocarril, conocido en la zona como el Sarmentero (ya que atravesaba una tierra de sembrada de viñedos), tuvo una lánguida existencia durante su corta vida: apenas 31 años. En todo este tiempo no llegó a concluirse el último tramo, entre Tortosa y San Carlos de la Rápita, a pesar de estar construida toda la explanación. El hundimiento de un túnel en 1971 entre las estaciones de Pinell de Bray y Prat de Comte sirvió como excusa para el cierre definitivo de esta línea de ferrocarril. La clausura se produjo en 1973,[2]​ a pesar de los sucesivos intentos para su mantenimiento.
Wikipedia 

LA CASA-FUERTE ABANDONADA “LA TORRE” TORREQUEMADA

La casa-fuerte de Torrequemada conocida como “La Torre” es un palacio de carácter defensivo y aspecto de castillo levantado en el lugar mas elevado de la localidad, al suroeste.
El edificio data de finales del siglo XV y principios del XVI. Probablemente fuera mandado construir por el matrimonio formado por Juan de Sande, II Señor de Valhondo, y Teresa Álvarez de Ulloa, hija de Diego García Ulloa “el Rico” hipótesis basada en el escudo de armas de ambos linajes que se encuentra sobre la puerta.
El inmueble es de planta poligonal, levantado con sillares de granito y mampostería, dispone de ventanas de reducido tamaño y carácter hermético que dan la apariencia al edificio de castillo o fortaleza. Se accede a través de una puerta con arco de medio punto rematada con el escudo armas de los dos linajes anteriormente mencionados. Se cree que el palacio debía tener dos pisos de altura por los arranques de bóveda que aún se conservan.
Debido a las uniones matrimoniales el palacio pasó del linaje de los Sande y Ulloa, primero a manos de la familia Abrantes y posteriormente a la familia Carvajal. Desde finales del siglo XVIII el estado del inmueble debió ser bastante malo a juzgar por lo que dicen de él los documentos. Y es que conocemos por el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura que en 1791 el palacio estaba arruinado. Con el paso del tiempo el edificio ha sufrido un importante proceso de degradación debido a los cambios de propietario y de uso, pasó de ser residencia de nobles a explotación agropecuaria, albergue de ganado o almacén de utensilios. A mediados del siglo XIX Pascual Madoz en Diccionario geográfico-histórico-estadístico de España y sus posesiones de Ultramar" se refiere a el como:
En el cerro que domina el lugar, se conserva una casa desmantelada, llamada la Torre, y un mirador o atalaya de antiquísima construcción…”
Desde el siglo XVIII el edificio no aparado de degradarse y actualmente se encuentran desaparecidas las cubiertas, las bóvedas de las estancias y la escalera que daría acceso a la planta alta. A pesar de encontrarse bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español, grandes grietas en sus muros comprometen su futuro, que tan solo estaría garantizado a través de una restauración que consolide el monumento. 
Extremadura Misteriosa