sábado, 18 de abril de 2020

Convento de Correxais


El lugar de Correxais, ubicado en la parroquia homónima, se localiza a 650 metros de altura en las laderas empinadas del valle en la orilla sur del Sil, no muy lejos de Vilamartín de Valdeorras, del que se tiene una perfecta panorámica, así como buena parte del valle del río Sil. Este lugar fue elegido para erigir un convento trinitario en el siglo XVIII junto a la iglesia de San Pedro de Correxais, que aún es anterior a este. Se trata del Convento de las Trinitarios Descalzos de Correxais.
El monasterio o convento de Correxais fue financiado por el señor de la Casa de Outarelo y su mujer entrando en funcionamiento en 1727. Empezó a construirse dos años antes, después de que el Conde de Ribadavia otorgara licencia a los monjes trinitarios a cambio de que estos ofrecieran sus conocimientos de arte, gramática y moral. Fue por lo tanto uno de los únicos centros de formación de toda la comarca de Valdeorras en su tiempo y se posicionó como un centro espiritual y cultural de dicha comarca.
En la década de los años treinta llegaron las famosas desamortizaciones y el monasterio fue vendido unos años después de esta por 10.000 reales. Así comenzó su deterioro, aunque el lugar no dejó de ser un centro de estudio y de formación, pues ya en el mismo siglo XX albergó también la esculela rural.
Sin embargo después quedó sin ningún tipo de cuidado y poco a poco empezó a entrar en las más absoluta de las ruinas.
Una inscripción en una losa de pizarra situada en el suelo de la puerta de entrada nos da la bienvenida: “Bendita sea la santísima Trinidad”.
Por dentro solo hay escombros y los restos malheridos de lo que fueron sus plantas superiores que tanta educación repartieron a los habitantes de la comarca. En su interior se puede apreciar una estancia abovedada que asemeja a una bodega y otras dependencias a las cuales no debemos arriesgarnos a ir, pues pronto todo se irá abajo y tu podrías estar allí en ese momento. Mucho ojo, son ruinas y sus paredes tienen casi 300 años.
Una pena el estado de este lugar tan emblemático para la comarca, aunque sus dimensiones hacen difícil su resturación y reutilización, bien se podría afianzar su estructura y conservar este fantástico conjunto monacal.
A unos metros tenemos la iglesia de San Pedro de Correxais, anterior incluso al convento de los trinitarios y que por suerte no siguió el mismo camino que este. Se trata de una iglesia de planta de cruz latina en la que destaca su torre de piedra roja con el remate piramidal y una bóveda de crucería en su base de mampostería. En dicha torre podremos ver una inscripción bajo el campanario que nos habla de que se hizo esta obra un tal “de la Bega” en el año 1691 reinando Carlos II y siendo abad Antonio de Hoyos.
En su interior destaca el retablo mayor, con pinturas que representan la Navidad que fue restaurado a principios del siglo XXI.
En el atrio de la iglesia se encuentra el cementerio parroquial de San Pedro de Correxais.
El apacible lugar de Correxais es un fantástico mirador natural del valle del Sil, pudiendo ver Vilamartín, A Rúa y O Barco.

Galicia Máxica

CONVENTO ABANDONADO DE SAN JOAQUÍN - SANTA CRUZ DE LA SIERRA


Cuenta la leyenda que en la falda de la Sierra de Santa Cruz, durante el siglo XVI, junto al municipio que se denominó Santa Cruz de los Templarios, se produjeron una serie de fenómenos extraños, mezcla de paranormal y milagroso. Un ejemplo de ello era un pozo, que aún se conserva, que tenía un misterioso comportamiento, pasaba en cuestión de segundos de estar casi vació a rebosar, abasteciendo así a la población durante los largos periodos de sequía.
Este milagroso enclave fue el elegido en 1670 por Joaquín Chaves de Mendoza, Señor de Santa Cruz de la Sierra y III Conde de Santa Cruz, para levantar un convento. Una vez construido fue la Orden mendicante de los Agustinos Recoletos la que se instaló en él.
A pesar de la austeridad que predicaba la orden, su comunidad pronto comenzó a mostrar inclinación hacia las familias más poderosas e influyentes de la zona. La orden poco a poco fue ampliando sus propiedades a la par que disminuía su austeridad. Esto derivó en una cierta animadversión de los vecinos del pueblo hacia ellos, llegando a protagonizarse diversos pleitos entre ambos bandos, siendo una de las principales disputas al agua que bajaba de la sierra. Al parecer el aumento de hermanos en la comunidad llevó a los frailes a cavar un nuevo pozo dentro del convento, este pozo era tan profundo que la fuente del pueblo dejó de recibir su habitual caudal de agua.
En el siglo XIX, tras la publicación de la Real Orden de Exclaustración Eclesiástica de 1.835, se llevó a cabo la supresión de la vida monacal en una gran cantidad de monasterios y conventos en toda España, con la desamortización de Mendizábal como trasfondo. Los frailes tuvieron que abandonar el convento y los vecinos aprovecharon las revueltas de la I Guerra Carlista para destruirlo, respetando, eso sí, la estructura de la iglesia.
El conocido como Convento de los Agustinos se encuentra situado en plena falda de la sierra coronando el pequeño pueblo de Santa Cruz de la Sierra. El edificio se encontraba conformado por la iglesia y sus dependencias conventuales:
La iglesia de estilo barroco, tiene éste nave única y planta de cruz latina, rematado el crucero con cúpula semiesférica sobre pechinas, orientada hacia el sur (hacia la sierra) y mirando su fachada hacia la población, en el medio del crucero, bajo la cúpula semiesférica, donde se encuentra el conocido pozo misterioso que daba fama al lugar antes de la llegada de los agustinos. En la portada, un arco con dovelas almohadilladas se remata con una hornacina y una cruz latina, enmarcadas entre los blasones de los Chaves de Mendoza.
Erigidas sobre el lado del evangelio de la iglesia se encuentran las dependencias conventuales, que llegaron a albergar hasta una treintena de frailes: refectorio, celdas, claustro... Hoy no quedan más que los muros exteriores de esas dependencias.
Actualmente el convento se encuentra en ruinas y presenta un grave deterioro por abandono. Existe riesgo de Derrumbe de la cubierta de la iglesia, de su cúpula y de los muros exteriores del convento.
La iglesia conserva aún su estructura, con sus muros y tejado a base de bóvedas de cañón y cúpula semiesférica que se encuentra agujereada. El templo conserva también diversas pinturas murales en su interior, principalmente sobre el coro. La antigua torre de espadaña también se mantiene en pie, estando rematada con un frontón triangular. Aún hoy se conserva el brocal granítico del supuesto pozo milagroso, cegado por escombros y deshechos, donde un saliente del mismo hacía las funciones de pila bautismal.
De las dependencias conventuales, hoy sólo se conservan mas que las ruinas de lo que fueron unas grandiosas dependencias. En los muros exteriores del convento se conservan aún vanos y alféizares de lo que debieron ser las antiguas celdas y habitaciones de los monjes. No obstante cada vez se hace más difícil adivinar entre las ruinas las zonas que ocuparían el oratorio, claustro o el resto de dependencias.
Desde entonces el templo ha servido como almacén o cuadra para el ganado, siendo actualmente el hogar de una gran cantidad de palomas y cigüeñas.
Debido a su delicado estado de conservación el Convento agustino de San Joaquín, en Santa Cruz de la Sierra se encuentra incluido en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra.

Extremadura Misteriosa