viernes, 29 de octubre de 2021

Treguajantes - Soto de Cameros


El día 3 de Agosto del 2009 ya que mi hijo y su novia habían venido a visitarnos desde Barcelona, decidimos ir a visitar Treguajantes. Había escuchado que por aquella zona hay icnitas. Las icnitas son huellas fosilizadas de animales, como las de los dinosaurios que vivieron hace muchos muchísimos años por tierras riojanas.

Treguajantes es una aldea que pertenece a Soto en Cameros, para llegar allí tuvimos que ir por un camino de unos 5 Km. que se encuentra en muy malas condiciones, de esos que a mi no me hacen ni pizca de gracia. El camino no tiene ni vallas ni quitamiedos, menos mal que íbamos solos y nadie se nos cruzó.

A mitad del recorrido vimos una indicación que nos anunciaba que allí había una huella de un dinosaurio, paramos a verla y le hicimos algunas fotos.

Lo primero que vimos fue su iglesia en ruinas, esta me pareció muy grande para lo pequeña que era la aldea de Treguajantes.

En la iglesia no queda nada, todo se lo llevaron a Logroño, incluso las campanas del campanario, en las ruinas de dicha iglesia, se han descubierto restos de la época romana. 

El cementerio está yendo hacia la ermita de san Blas, a las afueras del pueblo.

En el pueblo no había ningún vecino, unos burros fueron los únicos seres vivos que nos encontramos paseando tranquilamente por sus calles.

Me llamó la atención ver que algunas de sus casas han sido restauradas, es debido a que algunos de sus antiguos habitantes han decidido volver a habitarlo, y tengo entendido que se han organizado para conseguirlo. 

La aldea no dispone de luz, antes de abandonarlo les habían llevado luz, pero al abandonarlo todos los restos de que algún día la hubo fue desapareciendo, incluso los postes.

Tampoco dispone de agua potable, pero hay un pozo llamado "El tinte" donde cogían agua para lavar y donde el ganado bebía. A 2 Km. del pueblo hay una fuente de aguas de gran calidad, en un enclave ideal para pasar un agradable momento, sobre todo en épocas de verano ya que por esa zona los inviernos son fríos.

Las vistas desde la aldea son muy bonitas, y recomendables para las personas que les guste la naturaleza y caminar por el monte. Seguro que si se acercan, lo disfrutaran.

El único inconveniente que yo encontré fue el camino que hay para llegar. El pasado mes de Agosto escuché que se iba a celebrar allí el día del Camero Viejo, pero pensé que si  ya tuve miedo cuando estuve, pues ese día con tantos coches subiendo y bajando, con las piedras sueltas y el polvo que los coches levantan, mejor no decir nada.

Puertas con vivencias