Siempre comentamos que hay estaciones que están situadas en lugares insólitamente apartados de los pueblos a los que pretendían dar servicio.
El caso de Tordesalas es el mejor ejemplo de ello, cuyo pueblo más cercano se sitúa a aproximadamente seis kilómetros.
Tres edificios formaban el apartadero: viajeros, servicios y caseta de Vía y Obras.
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