domingo, 29 de julio de 2018

Estación de Carabaña

En 1910 se inaugura, como parte del tramo Morata-Orusco del Tren del Tajuña, la estación ferroviaria de Carabaña y un apeadero junto a la Central Eléctrica de Chávarri. Su principal objetivo era facilitar la distribución de los productos agrícolas de esta zona en Madrid y, por supuesto, de “Agua de Carabaña”. Gracias a él la embotelladora incrementó su producción.
Durante la Guerra Civil, a pesar de hallarse truncado su recorrido por el desplome de un puente en Arganda, fue la tabla de salvación de muchos madrileños. Estos veían en estas tierras la solución a la carestía de alimentos durante los años más crudos de la contienda.
En el año 1938 ante el desabastecimiento de la capital, el presidente Juan Negrín ordena la construcción de una línea ferroviaria entre Torrejón de Ardoz (Madrid) y Tarancón (Cuenca). En tan solo 40 días se resuelve su instalación y de ahí su nombre: el Tren de los Cuarenta Días. 
La línea ferroviaria de Arganda dejó de funcionar en la década de los cincuenta del siglo XX y, tras un tiempo de decadencia, se restauró la estación. 
La estación, un edificio de pequeñas dimensiones, es de un estilo sencillo propio de su época

(Ayuntamiento) 

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