viernes, 10 de febrero de 2017

Baigorri - Navarra

BAIGORRI, en Otéiza de la Solana, en sus comienzos fue villa de realengo y disfruto de los fueros concedidos por los reyes y confirmados por Teobaldo I. De la riqueza que debieron detentar sus vecinos no podemos tener dudas al contemplar, a través de las ruinas, la calidad que tuvo la fábrica de la iglesia parroquial. Pudo llegar a tener hasta unos 200 pobladores, pero el descenso es progresivo y rápido hasta que la princesa Doña Leonor, en 1468, lo considera como despoblado. Tras la despoblación pasó por distintas manos hasta integrarse como señorio en el condado de Lerín. Entonces se construyó un palacio y se organizo una explotación agropecuaria con colonos que dependían de la familia de la Duquesa de Alba, ya que por parentesco con Beaumónt se habían hecho con la propiedad del señorío. A pesar de su despoblamiento, su situación en un alto sobre el rio Ega, y al estar en el limite entre las tierras montañosas y las llanas, le hizo ser protagonista diversas acciones bélicas.
En 1521 las tropas navarro-francesas, después de haber recuperado la totalidad del reino y conseguido la independencia de Navarra, se retiraron hacia Pamplona, tras el sitio de Logróño. El ejercito español traspasó el Ebro e inició la persecución del enemigo. A la vez necesitaba ir fortaleciendo su población para lo que precisó del control de toda la merindad de tierra Estélla. Mientras todas estas operaciones se llevaban a cabo, el grueso principal de los soldados españoles se asentó durante unos días en Baigorri.
Las guerras carlistas también encontraron en Baigorri un escenario apropiado para las batallas que se  desarrollaron en el entorno de Montejúrra y la proximidad de Estella.
Hoy las piedras, excelentemente trabajadas, se resisten a la desidia de unos y la rapiña de otros y mantienen la dignidad del lugar que fue un señorío.

(El blog del Balcón de la Ribera)

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