viernes, 2 de diciembre de 2016

Estación abandonada de Baricentro - Barcelona

A pesar de que la cultura de la movilidad distaba mucho por entonces de la concepción que tenemos ahora, en los años 80 ya hubo visionarios que pensaron en el tren para minimizar el uso del transporte privado. Pasó, por ejemplo, en el centro comercial Baricentro, en Barberà del Vallès, donde en 1982 se construyó un apeadero en una línea ferroviaria de mercancías, paralela a la autopista AP-7. Con el paso de los años, la flamante infraestructura se ha convertido en una estación fantasma, que nunca ha entrado en servicio. La existencia de una línea de tren que pasaba por las entrañas del mayor centro comercial que se construía en España dio alas al proyecto de construcción de una estación. Fue, sin duda, una inversión pionera, que se adelantaba al futuro, pensando en una posible avalancha de clientes y previendo que algún día la línea ferroviaria de mercancías podía acabar aceptando pasajeros. Se construyó un acceso, desde el mismo centro comercial, que llega a un vestíbulo subterráneo. De allí salen dos pasillos que conducen a los andenes. Y ahí quedó todo. Ante los andenes han pasado miles de vagones de mercancías, entre ellos el denominado tren nuclear, que transportaba residuos atómicos, y más tarde el tren del gas. El vestíbulo de la estación se convirtió en escenario de ritos pretendidamente satánicos o espiritistas, según se intuye a la vista de las huellas que han quedado en las paredes. Las plataformas han sido y siguen siendo murales idóneos para grafiteros que, con mayor o menor arte, han dejado su rúbrica en este punto anclado en el tiempo. Con la puesta en marcha de la línea de cercanías R-8 el pasado 26 de junio, la estación puede llegar a ver la luz. Está situada en medio del recorrido de una línea que une Granollers y Martorell en 45 minutos y sin pasar por Barcelona, una localización que puede llegar a ser estratégica. «Alguien con buen criterio dejó planeada la estación para que si algún día esta línea se activaba pudiese acoger pasajeros que podrían venir al centro comercial a realizar sus compras sin necesidad de utilizar el coche», explica Albert Turon, miembro de la plataforma para la Promoción del Transporte Público. Al final, la estación podría desempeñar una función clave en la red ferroviaria. Una de las posibilidades que se prevén es que el tren de alta velocidad tenga una parada en el Vallès. En este sentido, Sant Cugat y la zona del Baricentro son firmes candidatas a acogerla. En el caso del centro comercial, podría ubicarse justo en la intersección con la línea que une Terrassa y Barcelona (R-4), actuando de intercambiador entre esta, la R-8 y el AVE. Mientras el proyecto madura, los andenes son espectadores de lujo del tráfico de Rodalies y el punto de acceso desde el centro comercial sigue pasando desapercibido entre sus clientes, tapado por un muro de hormigón y contenedores de residuos que cierran el paso a los curiosos y que alargan la leyenda de la estación que pudo ser pero que nunca fue.

(El Periódico)

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