sábado, 26 de noviembre de 2016

Rebollosa de Escuderos - Soria

En medio del paisaje desolador de la sierra de Pela, uno de los más despoblados de la Península, el esqueleto de Rebollosa de Escuderos aparece ante el viajero como un testimonio de las austeras condiciones de vida en esta zona que abarca una franja de territorio al sur de la provincia de Soria y al norte de Guadalajara.

Caza abundante
Durante el siglo XIX, la localidad contaba únicamente con diez casas y poco más de 40 habitantes, pero disponía al menos de escuela de instrucción primaria y su templo, de buenas dimensiones, era atendido por un párroco que se repartía entre este pueblo y Cañicera, hoy también abandonado. La vida transcurría con el cadencioso ritmo de las actividades agrícolas, sobre todo el cultivo de trigo, avena, centeno, patatas y legumbres, así como el cuidado de vacas y ovejas y la caza de perdices, abundantes en el término. El agua no faltaba y para las necesidades domésticas el vecindario recurría a una fuente que manaba en abundancia. Un siglo más tarde, la falta de electricidad y de agua corriente dejó a esta población en una situación marginal y quedó deshabitada, convirtiéndose poco a poco en un conjunto de ruinas que se apiñan en una pequeña loma rodeada por los austeros campos de secano.
Entre los cascotes y las paredes, de una peculiar piedra rojiza, el visitante apenas aprecia ya un par de caserones que se mantienen en pie a duras penas. Sobre el chato perfil de las ruinas destacan únicamente los restos del templo, antaño dedicado a San Gervasio, que conserva el campanario, un esbozo del ábside y algunas paredes en inminente estado de derrumbamiento.

(Pilar Alonso y Alberto Gil)

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