miércoles, 26 de octubre de 2016

Tolmo de Minateda - Albacete

Las casas-cueva del tolmo de Minateda son un ejemplo muy singular de pervivencia de un núcleo habitado desde la época de los iberos, en que buena parte del cerro estuvo ocupado por un pueblo fortificado que más tarde fue asentamiento visigodo y posteriormente musulmán. Los restos de aquella población están siendo objeto de continuas excavaciones y hasta la fecha han permitido descubrir varios abrigos con pinturas rupestres de tipo levantino, tumbas antropomórficas excavadas en la roca, restos de viviendas, prensas, silos e inscripciones romanas.

Puesto de vigilancia
El emplazamiento del recinto en la zona más alta del cerro lo convertía en un excelente puesto de vigilancia sobre el entorno, alterado hoy por el trasiego de la cercana carretera nacional que une las capitales de Murcia y Albacete.
A los pies del montículo se encuentran las casas-cueva, que han permanecido habitadas hasta los años 70 y esporádicamente han cobijado a emigrantes magrebíes, cuya escritura se puede observar en las paredes.
Las viviendas, materialmente incrustadas bajo gigantescas piedras, aprovechando sus huecos, no son más que simples habitáculos que sólo se distinguen de las cuevas prehistóricas por la presencia de viejos zapatos, frascos de colonia o ajadas prendas de vestir sobre el suelo de tierra. Pero en algunos casos cuentan con fachadas de obra y tabiques que dividen las estancias y en los que algún lugareño nostálgico ha dejado testimonio de su paso: "Aquí nací yo... el día 7 de febrero de 1909. Sólo he venido a sacar unas fotos de este pintoresco hotel, como recuerdo, en compañía de mi mujer".

(Pilar Alonso y Alberto Gil)

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