Oroners es un despoblado situado en un acantilado que desemboca en el pantano de Camarasa, en la provincia de Lleida.
Tras una bonita ruta que comienza cerca del pueblo abandonado de Sant Just y que recorre la falda de la montaña, nos encontramos con lo que queda del bonito pueblo de Oroners.
En plena sierra de Montlcús, en el margen izquierdo de la Noguera Pallaresa, este pequeño despoblado aparece documentado por primera vez en el año 1042.
La mayor parte del pueblo se encuentra bajo las aguas del pantano pues en la superficie, pocos edificios quedan en pie, siendo el más notorio un pequeño santuario dedicado a la Mare de Deu d’Oroners.
Pese a su desdibujada silueta, Oroners fue abandonado en el siglo XX tras la construcción del pantano que inundó las tierras de las familias que todavía vivían en el pueblo (16 familias en 1919).
Lo cierto es que la situación privilegiada del enclave, la belleza del paisaje y la mezcla de los edificios con la escarpada pared rocosa dota a Oroners de una belleza especial.
De lo que es el pueblo, solamente podemos apreciar la pequeña ermita y algunos dibujos en el yeso que cubría las paredes de lo que en su momento fueron edificios habitados por familias que servían al castillo y que, posteriormente, pasaron a utilizarse para guardar el ganado.
En el yeso de alguna pared pueden observarse dibujos que pasan totalmente desapercibidos pero que sin embargo, datan del siglo XIV. Los dibujos parecen representar danzas, juglares, caballos y caballeros.
La situación del pueblo obliga al visitante a realizar un pequeño sendero de apenas 4 kilómetros. Esta pequeña ruta, apta para todos los públicos, ofrece una recompensa a todos los que llegan hasta Oroners ya que desde aquí, podemos observar bellos parajes entre sus muros y descansar en los bancos desde donde se observaban antes las tierras de cultivo que crecieron en algún lugar de la Vall d’Àger.
Pueblos del Olvido
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