Ni el tiempo ni los vándalos han respetado esta estación. Tanto el edificio de viajeros como el de los servicios están completamente en ruinas.
Aunque de la aguada sólo queda la base, el depósito (del diseño típico del SM) se conserva bastante bien.
Y como viene siendo habitual, el deseo de servir a dos pueblos a la vez la situó en medio del campo, en la carretera que une ambas localidades.
(Esperando al tren)