miércoles, 25 de diciembre de 2019

Convento Franciscano de Arroyo de la Luz.


Al noroeste del enclave urbano de la localidad, en un principio situado a extramuros, nos encontramos con lo que se conoce como el Convento Franciscano de Arroyo de la Luz. No hay fecha exacta sobre el comienzo de las obras si se conoce que fue fundado en la década de 1.570 gracias a los Señores de Herrera y la participación de la villa. Debido a la escasez de medios económicos pasaron bastantes años hasta la conclusión definitiva de la obra, pues es más que probable que no fuese ocupado hasta 1.593, fecha en la que lo recibe la Orden de los Franciscanos Descalzos de San Pedro de Alcántara.
Tras su ocupación, a finales el siglo XVI, el convento estuvo integrado por sacerdotes, legos, coristas, donados y arrieros, que realizaban funciones de acogida y enfermería de transeúntes y pobres que pasaban por la villa. Constaba de dos partes, la iglesia y las dependencias conventuales.
El convento es de estilo gótico exceptuando la capilla y algunas dependencias que son barrocas del siglo XVIII. El edificio representa el prototipo de convento recoleto por sus proporciones y su escueta decoración siendo un claro ejemplo de ello el austerísimo claustro. Los espacios continúan siendo de pequeñas proporciones y reflejo del espíritu sobrio del alcantarino.
Se mantuvo habitado hasta la desamortización del siglo XIX, y posteriormente, ya en el siglo XX, tras la exclaustración, fue utilizado primero como almazara, situando la prensa en la iglesia y el resto del molino en sus aledaños, y posteriormente el resto de dependencias fueron usadas como establo de animales. El convento contaba con numerosas imágenes, como la de San Francisco de Asís, titular del convento, que fueron trasladadas a la Ermita de la Luz o a la Iglesia Parroquial de la Asunción tras su desamortización.
Entre los años 2000 y 2003 la Junta de Extremadura llevó a cabo trabajos de rehabilitaron para convertir una parte de este convento en un aula de cultura, los trabajos afectaron concretamente a la iglesia con su capilla barroca y a parte del claustro.
Pero el resto de dependencias permanecerá sumidas en el más absoluto de los olvidos, las ruinas por los que paseamos corresponderían a las dependencias convencionales, el claustro, el refectorio y probablemente las celdas de los frailes. Se encuentra en una situación de ruina completa, parte del perímetro del edificio se encuentra pegado a una explotación de ganado vacuno que poco o nada beneficioso a su conservación.
Serafín Martín Nieto, a través de su libro "El Convento de San Francisco de Arroyo de la Luz y la Enfermería de San Pedro de Alcántara de Cáceres", ha rescatado de los archivos parte de la historia de la villa arroyana, en esta ocasión a conocer el origen y evolución del convento franciscano. 

Extremadura Misteriosa 

Alcolea de Torote - Guadalajara


Alcolea de Torote o Alcolea de las Amargas es un despoblado de la provincia de Guadalajara (España). Se encuentra a medio camino entre las localidades de Galápagos y Torrejón del Rey, en la confluencia de los arroyos Torote y Albatajar.
El lugar pudo estar poblado ya desde la romanización de Hispania. En el año 1974, fueron desenterradas, por un labrador mientras araba en unos campos próximos y en buen estado de conservación, dos estelas funerarias, aunque bien pudiera ser que hubiesen sido trasladadas desde algún otro lugar.
Luego vinieron los visigodos y, a continuación, los árabes. Está documentado que en el siglo X se construyó una fortaleza árabe, lo que significa el nombre de “alcolea”, para proteger, en primer lugar, los territorios adyacentes, además de servir de contención y protección de la cercana Guadalajara, a sólo 20 km, de las frecuentes incursiones cristianas. La fortaleza fue ganada definitivamente para la causa cristiana por Alvar Fáñez de Minaya, sobrino que fue de Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid”, poco antes de su conquista de Guadalajara y como paso previo a la misma. La ocupación debió ocurrir por la misma fecha de la toma de Guadalajara, en el año 1086. La fortaleza debió de quedar muy dañada. En 1195, Alfonso VIII es derrotado por los almohades en la batalla de Alarcos, quienes a continuación arrasaron Madrid, Alcalá de Henares, Talamanca, Guadalajara y otras poblaciones y fortalezas, entre ellas, probablemente, Alcolea.
Adquirió independencia geográfica por sí misma a finales del siglo XII. Capital de un alfoz al mismo tiempo que empezó a ejercer jurisdicción eclesiástica y jurídica sobre las aldeas de Torrejón de Alcolea, Valdeavero, Ribatejada y Galápagos. Las tres últimas poblaciones aún existen hoy en día. En el siglo XIII perteneció al señorío del Monasterio de la Vid. Pasó en 1311 a poder de las monjas de Santa Clara de Guadalajara. En 1332, las monjas lo cedieron a censo al Arzobispado de Toledo. A finales del siglo XVII, Alcolea, ya había quedado despoblada y abandonada y sus casas derribadas. Entre las hipótesis que explican la desaparición del poblamiento está su ubicación en zona de confluencias de arroyos y existencia de aguas estancadas, que terminaron siendo aguas insalubres; otra hipótesis supone que fue afectada por una epidemia de cólera que causó gran mortandad. Poco a poco la población fue emigrando a terrenos no lejanos y más sanos para, finalmente, instalarse en la aldea de Torrejón del Rey. En Alcolea, como cuenta el diccionario de Madoz, el último edificio en pie fue la iglesia, al final derruida por ser cobijo de forajidos y bandoleros. Las más nobles piedras fueron usadas en siglo XVIII para construir el Ayuntamiento de Torrejón del Rey.
El condado de Alcolea del Torote fue concedido por el Rey Carlos II por Real cédula de 30 de agosto de 1697 y Real despacho del 20 de octubre siguiente, con el Vizcondado previo de Jaraquemada, a Jerónimo Francisco de Tordesillas y Cepeda, hijo de don Rodrigo Antonio de Tordesillas Cepeda y Calderón, Tesorero del Real Alcázar de Segovia y Regidor de la ciudad y de Juana de Brizuela y Gamboa.[5]​ Actualmente, doña Belén Juliá Díez de Rivera, (23-11-1942) es la XIII Condesa de Alcolea de Torote.


Wikipedia