En la cúspide de una pequeña montaña en Tarragona, se encuentra Montargull, un pequeño pueblo que estaba constituido por cinco casas y cuatro masías.
A pesar de la existencia de luz eléctrica y accesibilidad y comunicación, los habitantes del mismo decidieron emigrar sobre los años 60 en busca de otro lugar donde tuvieran mejor calidad de vida. Hoy en día, se pueden ver las ruinas de estas casas. A su vez, los descendientes de los habitantes se reúnen para celebrar Sant Jaume y mantener la llama del recuerdo viva.
Sensación rural
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