Afortunadamente la persona que tiene arrendado el apartadero de Martialay mantiene el conjunto en un envidiable estado de conservación.
El edificio de viajeros y la caseta de los servicios tienen sus colores originales, e incluso los habitualmente deteriorados carteles se muestran en todo su esplendor.
Unos cien metros antes de llegar estaba la caseta de la brigada de Vía y Obras, utilizada por los jóvenes del pueblo para juntarse a tomar algo pero sorprendentemente bien cuidada.
(Esperando al tren)
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