Susín es un despoblado actualmente perteneciente al municipio de Biescas, en la provincia de Huesca. También forma parte de a la comarca del Alto Gállego, en la comunidad autónoma de Aragón.
Susín, aunque figura como despoblado, nunca ha estado abandonado. Sus propietarios siempre lo han atendido lo mejor que han sabido y podido. Además de la explotación ovina, que obliga a desplazarse todos los días, durante los fines de semana y vacaciones siempre hay gente.
Su población siempre ha sido exigua. Todos los censos de que disponemos, desde finales del siglo xv hasta nuestros días, dan una demografía oscilante entre dos y tres casas. Quizás el más elocuente es Madoz que, para 1845, da una población de "3 casas, 5 vecinos y 31 almas". Los nombres de sus casas son Canales, Mallau y Ramón, siendo estas dos últimas las únicas que subsisten en pie y en régimen de habitación temporal por parte de sus propietarios.
En 1834 formó Ayuntamiento propio, para unirse en 1845 a Casbas de Jaca y posteriormente a Oliván. En la actualidad forma parte del Ayuntamiento de Biescas.
Desde hace algún tiempo y a iniciativa de Angelines Villacampa Villacampa -de casa Mallau- diversos campos de trabajo y grupos de voluntarios dedican parte de su tiempo de ocio a la rehabilitación del entorno (caminos, paredes, campos, huertos, limpieza de bosques...) y de algunos edificios del pueblo entre los que hay que destacar la ermita de Nuestra Señora de las Eras.
La iglesia de Santa Eulalia, a todas luces, es el edificio más emblemático de Susín. Sita en el extremo Norte del pueblo, cuando menos, es un edificio híbrido entre el primitivo templo medieval y las obras acometidas en el siglo XVIII.
Del edificio medieval (para unos mozárabe de la segunda mitad del siglo X y para otros románico-larredense levantado entre 1060 y 1070) quedan el ábside de baquetones y arcuaciones ciegas con lesenas y el presbiterio, amén de una preciosa ventanita ajimezada, orgullo del templo y emblema de un territorio. Poseyó pinturas murales, ejecutadas en torno a 1100 y que hoy se encuentran en el Museo Diocesano de Jaca.
Las obras del siglo XVIII quizás llevadas a cabo por ruina de la anterior fábrica, invirtieron la orientación del templo. A los pies colocaron, a modo de capilla, el nuevo altar y en el viejo ábside, emplazaron la actual torre-campanario.
Al exterior del ábside es posible ver unos cuantos sillares labrados con trazas diversas. Hay quien opina que provienen de un anterior templo visigodo o, cuando menos, de tradición visigótica, otros entre los cuales se encuentra el que esto escribe, piensan que fueron ejecutados bien a la par, bien con posterioridad a la erección del templo.
Wikipedia
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