Rodén el viejo en concreto, fue uno de los pueblos que sufrió las graves consecuencias de una guerra civil. A diferencia de Belchite o Corbera d’Ebre, Rodén sufrió otro escenario completamente diferente.
Rodén sirvió como aprovisionamiento de madera y estructuras para construir los frentes de Belchite y las cercanías.
200 vecinos abandonaron sus 80 casas entre 1936 y 1937 ante la inminente tragedia que se acercaba.
Tras la guerra, las Regiones Devastadas (organismo encargado de la restauración de pueblos y monumentos nacionales) no vio sentido a la restauración de un pueblo alojado en la ladera del cerro y por lo tanto Rodén (el nuevo) se contruyó en la parte baja. Durante la construcción del nuevo poblado de Rodén, las famílias vivieron en condiciones muy precarias, en las ruinas que habían dejado los republicanos a su paso por el desolado despoblado.
Actualmente son 25 vecinos los que guardan con orgullo la memoría de este pueblo que pareció cobrar vida de las cenizas. Ahora, los descendientes de tal triste historia, buscan reconstruir la torre de la iglesia y dar a conocer el patrimonio de la zona.
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